Vivimos la década de la restauración de ecosistemas y los proyectos de impacto ambiental con reforestación ganan cada vez más espacio en el mercado del carbono.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el período entre 2021 y 2030 como la década de la restauración del ecosistema, lo que necesariamente incluye la reforestación. La entidad espera recuperar 350 millones de hectáreas de áreas ya degradadas al final del período, generando 9 billones de dólares en servicios relacionados y retirando de la atmósfera entre 13.000 y 26.000 millones de toneladas de gases nocivos.
Estas iniciativas abarcan tanto el poder público, en medidas tomadas por el Ministerio de Medio Ambiente para el Cambio Climático, como la iniciativa privada. En el momento del lanzamiento, la ONU informó que ya contaba con el compromiso de 57 países y otras entidades para recuperar 170 millones de hectáreas de áreas degradadas, incluyendo zonas de América del Sur y África.
En la búsqueda de una economía neutra en carbono, las empresas deben encontrar mecanismos para mitigar su impacto ambiental. Entre las iniciativas corporativas está la búsqueda de socios capaces de neutralizar el carbono, incluyendo la adopción de estrategias de reforestación.
¿Qué es la reforestación?
La reforestación es la técnica adoptada para formar nuevos bosques en zonas que han sido deforestadas o han sufrido un importante proceso de degradación.
En este tipo de escenarios, la vegetación autóctona ha perdido su capacidad de regeneración y necesita apoyo. Todavía no se ha inventado una tecnología más eficiente y económicamente viable para la captura de carbono que la que realizan los árboles.
Los bosques son fundamentales en un futuro de ahorro de carbono y también para nuestra supervivencia. Su presencia contribuye a reducir las catástrofes naturales, algo cada vez más frecuente, como explicamos en este artículo.
La reforestación de zonas degradadas reporta varios beneficios económicos. Estos lugares no cumplen su función ecológica y tampoco generan ingresos, ya que ofrecen una baja productividad agrícola o han sido sometidos a procesos de gestión inadecuados.
Si la restauración es positiva desde el punto de vista medioambiental — protege el suelo, contribuye al clima, mejora la calidad del agua y da cabida a la biodiversidad —, también es un negocio prometedor. Esta operación económica beneficia tanto a los implicados en la restauración forestal — producción de madera regulada y productos no madereros (frutas y frutos secos) — como a la reputación de las empresas.
Planeamiento es fundamental
Una reforestación bien realizada es fundamental, ya que se traduce en varios beneficios para el planeta, además de la captura de Gases de Efecto Invernadero (GEI):
- Crea condiciones positivas para la vida de microorganismos, que hacen que la tierra sea más fértil;
- El proceso natural del bosque, con la caída de hojas y ramas, forma materia orgánica, que sirve de alimento a ciertos animales y ayuda a recuperar la biodiversidad;
- La presencia de árboles evita la erosión y los corrimientos de tierra, además de impedir grandes escorrentías de agua y conservar los nutrientes en el suelo.
Es posible constatar que los beneficios percibidos son positivos para el medio ambiente y para el propio hombre. Sin embargo, este proceso requiere planificación.
Se están realizando varios estudios para identificar qué procesos son más sostenibles y generan resultados más eficaces, ya que un buen proyecto de reforestación va mucho más allá de la simple plantación de árboles, de acuerdo con este artículo de la Science.
El equilibrio económico en el punto de mira
Es importante equilibrar el interés económico de las empresas involucradas y las necesidades de esa zona degradada en términos de especies y características. Una buena gestión de las especies vegetales garantiza su uso con el menor impacto económico posible, además de crear condiciones para la recuperación de la biodiversidad.
Para ello, es necesario analizar el impacto ambiental y la preparación del suelo, seleccionar los plantones y los mejores métodos de plantación, ejecutar un seguimiento con podas y aclareos y controlar las plagas.
Y lo más relevante: se trata de un mercado que no solo abarca a las empresas brasileñas. Como los GEI se mezclan globalmente en la atmósfera, las organizaciones pueden obtener créditos de carbono con proyectos realizados en cualquier lugar del planeta. ¿Sabía usted que Green Carbon ya ha plantado más de 1,6 millones de árboles, contribuyendo al secuestro de 800 millones de kilos de CO₂?
